A través de mis viajes que me llevan a una constante búsqueda espiritual y de transformación personal, contemplo el mundo desde mi conexión con la naturaleza y especialmente con el reino animal.
Desde un viaje chamánico a la Quebrada Riojana y el avistaje de los Cóndores ancestrales considerados como el ave sagrada de los pueblos andinos, se representa en la obra como un vuelo, un tener alas, un “ ojo de pájaro” que abarca una perspectiva más amplia. El ascenso se suele emparejar con el descenso en los ritos iniciáticos y en los procesos psíquicos de transformación.
El Ave forma un vínculo entre el Cielo y la Tierra, entre lo consciente y lo inconsciente y se lo considera como un símbolo del alma o anima.
El Anima Mundi, el alma del mundo.
Mi obra abarca un conjunto de piezas que van desde el dibujo sobre papel, telas y cerámicas hasta las coloridas piezas pictóricas de pastel, óleo, tintas y acrílico.
Gabriela Muñoz, Septiembre 2023